Los filmes de horror son muchas veces los más polémicos para el público y no necesariamente por su temática. El conflicto parece estar en los criterios que los hacen ser considerados como “buenos”.
Para algunos, tener una historia compleja con personajes profundos y un concepto creativo logra el cometido. Para otros, el uso de efectos especiales prácticos y creíbles definen su calidad. Y están las personas para quienes es muy sencillo: si no da miedo, es un fracaso. Hoy en los cines de la Isla estrena The Exorcist: Believer, una película que promete no solo ser buena, sino también continuar un legado legendario.
Hace 12 años que Victor Fielding cría a su hija Ángela como un padre soltero desde que su esposa embarazada fallece en un terremoto en Haití. Cuando Ángela y su amiga Katherine desaparecen en un bosque, sólo para regresar pocos días después exhibiendo un comportamiento inusual, Víctor tendrá que enfrentar un mal inimaginable que lo llevará a buscar ayuda de fuentes inesperadas.
Situada en el mismo universo del clásico del 1973 en el que una niña de 12 años sufre terribles fenómenos paranormales, The Exorcist: Believer intenta servir como una secuela directa que abra las puertas a nuevas historias de horror con la misma temática. Para ello, la producción hace un muy buen trabajo en desarrollar una historia intrigante, con una premisa relevante para tiempos modernos pero con elementos conocidos y esperados de la franquicia.
La puesta en escena del filme es una de calidad, evocando en ocasiones a películas predecesoras del género, algo que no logran todas las producciones modernas. La dirección de David Gordon Green es una eficiente que logra balancear el drama de la historia con el horror de momentos claves. Los efectos especiales parecen balancear lo práctico con lo digital, pero en ocasiones es evidente el uso del último en ciertas escenas que podrían haberse beneficiado de otra dirección.
El elenco del largometraje hace en su mayoría una gran labor de añadirle realismo y credibilidad a la trama. Leslie Odom Jr. hace un gran trabajo proyectando la desesperación y el escepticismo de Víctor. Su evolución en la película esta muy bien realizada. Lidya Jewett y Olivia Marcum interpretan a las niñas en peligro y es la última, Marcum, quien brilla con varias escenas importantes que debieron ser un gran reto para grabar. Cabe destacar también el trabajo de las veteranas Ellen Burstyn y Ann Dowd, quienes le dan gran peso dramático a todas sus escenas.
Si bien todos estos renglones apuntan a que The Exorcist: Believer es una película sólida y buena, y lo es, en este caso quizás eso no sea suficiente para los seguidores exigentes de las películas de horror. Su predecesora del 1973, The Exorcist, dejó una gran huella en una época en la que este tema no era tan común y en la que excelentes efectos provocaron reacciones viscerales a sus escenas más memorables. Para quienes esperan tener una reacción similar a la que tuvo la audiencia de los ’70, la película puede dejarlos buscando más.
Es difícil llenar los zapatos de una de las películas más exitosas y más escalofriantes de la historia del cine. Aún hoy día, muchas personas que descubren por primera vez a este clásico se espantan. The Exorcist: Believer podrá no ser lo memorable y escalofriante que resultó ser su predecesora, pero tiene todos los atributos para considerársele como una muy buena entrega del género del terror.
Compañías: Blumhouse Productions, Morgan Creek Productions.
Distribuidora: Universal Pictures, Peacock
Dirección: David Gordon Green
Guión: David Gordon Green, Peter Sattler
Género: Horror | Posesiones | Secuela
Clasificada: R
Duración: 2:01
Calificación: 3.8/5