Mientras que a Jack Black lo ponen a dar clases en la “School of Rock”, en “Red Sparrow” a Jennifer Lawrence la matriculan en la “School of F*ck”, y en otras ocasiones toma cursos en la “School of What the F*ck”.
“Red Sparrow”, el nuevo filme de 20th Century Fox, le sigue los pasos a Dominika Egorova, una bailarina rusa forzada a retirarse tras sufrir una lesión en una pierna. Buscando una forma de ganar ingresos para cuidar a su madre enferma, al verse sin muchas opciones, ingresa a Sparrow School, una institución del servicio secreto de inteligencia que adiestra a personas jóvenes excepcionales para que utilicen sus mentes y cuerpos como armas. Tras el sádico adiestramiento, Egorova se torna en una peligrosa Sparrow, y en su proceso de adaptación, conoce a un agente de la CIA que intenta convencerla de que él es el único en quien puede confiar.
Esta es una adaptación de la novela de 2013 del escritor Jason Matthews, quien trabajó en la CIA por más de 33 años. Mientras que el personaje de Lawrence no está basado en ninguna persona en particular, Matthews asegura que existió una Sparrow School en Rusia durante la Guerra Fría –entre el 1947 y el 1991– y que el uso del aprisionamiento sexual por parte de los rusos está bien documentado, según una entrevista de Publishers Weekly.
Esta película intenta algo distinto al tradicional género comercial de espionage al que Hollywood nos tiene acostumbrados con ‘blockbusters’ como los de “James Bond”, “The Bourne Identity” y “Mission Impossible”. En vez de ser una película de acción, es un drama. Si tiene algo de acción, esta se resume en actos de violencia sexual y torturas, lo que define el tono del filme y por consiguiente su clasificación. Esta no es una película para niños, es R, gordita y roja, así mismo como la escribí.
De su relato, en ocasiones algo desorganizado, puedes esperar los ya no tan sorpresivos clichés de espías y doble espías, y algunas líneas de diálogo medio bobas. Sin embargo, tiene algunos giros dramáticos que sí resultan favorables y le añaden valor al filme.
Jennifer Lawrence lo da todo para el personaje, con una actuación potente. Se le ve segura como manipuladora, aún en las escenas más incómodas. El resto del elenco realiza un buen trabajo y este cuenta con la participación de Jeremy Irons, Joel Edgerton, Matthias Schoenaerts y Charlotte Rampling, por mencionar algunos.
Está chévere que el personaje principal sea una mujer astuta y poderosa, y en tiempos de Harvey Weinstein y el escándalo del abuso de poder en Hollywood, es posible que el filme dé algo de qué hablar. Me choca un poco que no parecen haber repercusiones psicológicas y traumáticas en la forma que el filme presenta a víctimas de agresiones sexuales, y si las hay, parecen borrarse de un día para otro, lo que no aporta mucho a la seriedad del asunto.
Cuesta un poco también, para una película que transcurre en Rusia y Hungría, que la mayor parte del filme se hable en inglés, sin mucho acento europeo, y más cuando tienes personajes estadounidenses en el relato.
Su cinematografía es funcional, pero nada que impresione, y lo mismo se puede decir de su banda sonora.
“Red Sparrow” es un drama sobre espionaje que recurre con frecuencia a escenas chocantes y difíciles de digerir, con un relato accidentado y extenso, cuyo mensaje no suele ser otro que “en la guerra todo se vale”.
Estudio: 20th Century Fox
Director: Francis Lawrence
Historia: Jason Matthews
Guión: Justin Haythe
Género: Drama/Thriller
Duración: 2:19
Clasificada: R
Calificación: 3/5