Juanito tenía una vida de ensueño: una esposa que lo amaba, hijos bien educados, una lujosa mansión y un trabajo con un cuantioso salario. Además, se iba de vacaciones mínimo cuatro veces al año. Sin embargo, su vida dio un giro de 180 grados una tarde cuando un compañero de trabajo le dijo: “Oye, Juanito. ¿Has jugado Slither.io?”
“¿Silverio?”, preguntó Juanito. “No, chico. ¡Qué Silverio ni Silverio! Slither.io. Ven acá, déjame enseñarte”, le aclaró el empleado de una prestigiosa firma financiera. En pocos segundos, el colega abrió el navegador de su computadora, escribió como dirección slither.io, entró por nombre “Anaconda69” y se puso a jugar.
Juanito no podía creer lo que estaba viendo. Un juego ‘multiplayer’ de gusanos peleándose la comida entre todos, por el que no había que pagar un centavo ni instalar nada.
Y así fueron empezando los problemas. En el trabajo, la computadora de Juanito no mostraba productividad de “spreadsheets” ni insumo numérico más allá de los creativos nombres que se ponía en el juego cada vez que le mataban el gusano. Mantenía una ventana adicional abierta con un correo electrónico a medio escribir, por si entraba alguien a la oficina y precisaba verse ocupado.
En la casa, igual. ¿Su cooperación? Nula. Dejó de hacer lo quehaceres del hogar. No dejaba que los nenes hicieran los trabajos de la escuela en la computadora. Las muestras de afecto a su esposa se transformaron en peleas porque alegaba que Myrna lo hacía perder cuando estaba a punto de romper el récord.
Por las noches, hablaba en sus sueños, despepitando frases como “¡te voy a comer las bolas, maldito!”, “¡el mío es más grande que el tuyo! y “¡te lo voy a romper con el mío!”. Myrna, confundida y preocupada, comenzaba a dudar de la sexualidad de Juanito. Y es que en las mañanas, Juanito no despertaba pensando en Burger King; despertaba pensando en Slither.io.
Y así, un día Myrna se hartó, agarró a los nenes y se fue de la casa. Juanito perdió el trabajo. Las cuentas se quedaron sin pagar. Perdió la energía eléctrica, perdió el Internet, perdió la casa, perdió Slither.io, y perdió… la chaveta.
Que esta historia de cuestionable veracidad te sirva de advertencia: Hay un videojuego que solo requiere de una computadora con Internet y un navegador (“browser”). Que basta con entrar a slither.io, poner un nombre cualquiera y entrar. No tienes que crear una cuenta, no tienes que instalar nada. Solo entras, juegas y sales… si logras salir.
Slither.io es un juego al estilo del clásico juego Snake, aquel jueguito que venía en los celulares Nokia, en que una serpiente que se hacía más grande mientras iba comiendo manzanas. En Slither.io, estos simpáticos gusanitos van comiendo pelotitas–a lo Pac-Man–para crecer y volverse más intimidantes. Para moverte, basta con mover el cursor con el ‘mouse’ hacia la dirección a la que quieres ir. Si dejas un clic apretado en tu ‘mouse’, tu gusano acelera, lo que te permite interceptar el paso de otros gusanos. Como decimos en Puerto Rico, hacer cortes de pastelillo. Sin embargo, el acelerar te cuesta bolitas, así que si abusas de la aceleración, tu tamaño reducirá.
Cuando haces que el otro gusano muera, el mismo soltará su tamaño en bolitas. Igual, puedes estar velando la güira, y cuando otro gusano mate a otro, aprovechar la movida y consumir del botín. Todo se vale en este juego.
Si quieres cambiar los colores de tu gusano, solo tienes que compartir tu puntuación en las redes sociales de Twitter y/o Facebook. Esto desbloqueará esa parte del menú, para modificar la piel de tu personaje. A su vez, esto permite que más personas conozcan el juego, ampliando su fama y la competitividad.
Este juego sigue la línea de otro juego gratuito, Agar.io, que honestamente, no me parece tan divertido como Slither.io. En Agar.io mueves lo que parece ser una célula, que crece mientras come bolitas y se divide para tratar de atrapar a otros que se le acerquen. Sin embargo, Slither.io es más vistoso, los personajes parecen tener más personalidad y en resumen, es más adictivo.
Su grandeza recae en la simplicidad de todo: el fácil acceso, lo fácil de aprender a jugarlo y lo divertido de saber que estás jugando contra personas alrededor de todo el mundo.
Slither.io también está disponible para iPhone y Android de manera gratuita. El juego llegó al App Store de Apple a finales de marzo, y desde entonces se ha mantenido en las primeras posiciones de las aplicaciones gratuitas, a pesar de tener un promedio de 3.5 en sus evaluaciones. Entiendo que esto se debe a que en los dispositivos móviles no tienes tanta precisión para maniobrar como con un ‘mouse’.
Puntuación para el de computadoras: 5/5.
P.S.: No me culpes si terminas como Juanito.